ANORMALIDADES GENÉTICAS Y CROMOSÓMICAS

 ANORMALIDADES GENÉTICAS Y CROMOSOMICAS 

Anomalías cromosómicas

La prueba cromosómica estándar puede detectar muchas anomalías cromosómicas, principalmente las que implican un número anómalo de cromosomas o una anomalía en la estructura de un cromosoma. Se presentan en aproximadamente 1 de cada 250 nacidos vivos en Estados Unidos, y se producen al menos en la mitad de los abortos espontáneos que ocurren durante el primer trimestre de gestación. La mayoría de los fetos con estas alteraciones cromosómicas mueren antes del nacimiento. Entre los niños nacidos vivos, el síndrome de Down es la alteración cromosómica más habitual.

Existen  varios factores que aumentan el riesgo de tener un hijo con alteraciones cromosómicas:

Edad de la madre: el riesgo de tener un bebé con síndrome de Down aumenta con la edad de la mujer, de forma importante después de los 35 años.

Antecedentes familiares: si hay antecedentes de alteraciones cromosómicas en algún familiar de la pareja (incluidos sus hijos previos), el riesgo aumenta. Si la pareja tiene ya un niño con trisomía 21 (la forma más frecuente del síndrome de Down) y la mujer es menor de 30 años, el riesgo de que nazca otro niño con alteraciones cromosómicas aumenta a alrededor del 1%.

Malformaciones congénitas en hijos previos: el riesgo de tener un hijo con alteraciones cromosómicas aumenta si la pareja tuvo ya un hijo nacido vivo con malformaciones.

 El peligro también aumenta si tuvo un hijo nacido sin vida, aunque se desconozca si este sufría o no alteraciones cromosómicas. Aproximadamente el 30% de los niños nacidos vivos con una malformación congénita, y aproximadamente el 5% de los nacidos muertos sin malformaciones aparentes presentan anomalías cromosómicas.

Perdidas espontáneos: el riesgo de tener un niño con anomalías cromosómicas puede aumentar si la mujer sufrió previamente varios abortos espontáneos. Si el feto de un primer aborto espontáneo tuvo una alteración cromosómica, probablemente la tendrá también el feto de un aborto espontáneo posterior, aunque no necesariamente tiene que presentar la misma alteración. Si una mujer ha sufrido varios abortos espontáneos se debe realiza un estudio cromosómico a ambos miembros de la pareja antes de que intenten tener otro hijo. Si en dicho estudio se identifican alteraciones, la pareja puede optar por realizar un diagnóstico prenatal precoz en el siguiente embarazo.

Alteraciones cromosómicas en los futuros padres: en raras ocasiones, si los padres presentan alteraciones cromosómicas estructurales desean tener un hijo. Una alteración cromosómica estructural en uno o ambos padres incrementa el riesgo de que el futuro bebé la sufra también, incluso aunque la persona esté sana y no presente signos físicos de la alteración. Los médicos sospechan esta circunstancia cuando una pareja ha sufrido varios abortos espontáneos, tiene problemas de esterilidad o ya ha tenido un hijo con malformaciones congénitas. Estas parejas tienen un riesgo elevado de tener hijos con alteraciones cromosómicas graves y de tener abortos espontáneos.

Algunas anomalías cromosómicas no se pueden detectar mediante pruebas cromosómicas estándar. La mayoría de estas anomalías son demasiado pequeñas para ser vistas con un microscopio, por ese motivo a veces se llaman anomalías submicroscópicas (o variantes en el número de copias). Por ejemplo, puede faltar una parte muy pequeña de un cromosoma (llamada microdeleción), o un cromosoma puede tener una parte muy pequeña adicional (llamada microduplicación). Se desconoce la frecuencia con la que ocurren las microdeleciones y las microduplicaciones. Sin embargo, alrededor del 6% de los niños con malformaciones congénitas estructurales as tienen, a pesar de que los resultados de las pruebas cromosómicas estándar son normales. Las pruebas denominadas "pruebas de micromatrices cromosómicas" pueden detectar microdeleciones y microduplicaciones. Los médicos pueden ofrecer pruebas de micromatrices antes del nacimiento en ciertas circunstancias; por ejemplo, cuando se sospechan malformaciones congénitas en un feto.

¿Se desconocía que ...? La probabilidad de tener un bebé con síndrome de Down a los 35 años es de 1 caso en 365 embarazos. La probabilidad de tener un bebé con síndrome de Down a los 40 años es de 1 caso en 100 embarazos.

 

Trastornos monogenéticos

En los trastornos monogenéticos está afectado un único par de genes. Un gen presenta una mutación que interfiere en su funcionamiento normal, lo que puede ocasionar enfermedades o malformaciones congénitas. El riesgo de aparición de estas enfermedades depende de si el trastorno se desarrolla cuando solo uno de los genes del par ha sufrido la mutación (gen dominante) o cuando la han sufrido los dos genes (genes recesivos).

El riesgo dependerá también de si el gen alterado está localizado o no en el cromosoma X. Existen 23 pares de cromosomas. Uno de ellos es el par de cromosomas sexuales, que son los cromosomas X e Y. El resto se denominan cromosomas autosómicos. Las mujeres tienen dos cromosomas X, mientras que los varones tienen un cromosoma X y otro Y. Si el gen alterado está localizado en el cromosoma X, la enfermedad a que da lugar se denomina trastorno ligado al cromosoma X (ligado al sexo).

Si los niños varones heredan un gen anómalo para un trastorno ligado al cromosoma X (en el cromosoma X), sufren la enfermedad aunque el gen sea recesivo, porque tienen un único cromosoma X, que contiene el gen anómalo. No tienen un cromosoma X normal que anule el efecto del gen anómalo. Si un feto varón hereda un gen ligado al cromosoma X dominante, el embarazo normalmente termina en aborto espontáneo.

Sin embargo, las niñas deben heredar dos genes anormales para desarrollar un trastorno ligado al cromosoma X si el gen es recesivo. Si el gen anormal es dominante, solo se requiere un gen anormal para que se desarrolle el trastorno.

Si los futuros padre y madre tienen consanguineidad es muy probable que tengan la misma mutación en uno o más de los genes que causan enfermedades autosómicas recesivas. Por lo tanto, el riesgo de estos trastornos aumenta.




LUCIA MEDINA PINTA 

Bibliografía

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